09 / 09 / 13

Mujeres al volante de una ambulancia

Cada vez son más. Cada vez hay más mujeres conductoras de ambulancia, como las hay al volante de un autobús o de un taxi. Conducir una ambulancia, desarrollar esta responsabilidad profesional, no es una cuestión de género, como afirma, rotunda, Cristina Muñoz. Ella lo hace regularmente desde hace tres años en Vizcaya.

 

Por su experiencia, Cristina cree que las mujeres aportan un plus de precaución y prudencia al volante de una ambulancia, un aspecto muy importante a la hora de conducir un vehículo en una situación de emergencia.

Cristina Muñoz. Conductora de ambulancia en Vizcaya:

 

“Las mujeres somos más precavidas y prudentes al volante”

 

 

La bilbaína Cristina Muñoz inició su relación con el sector sanitario a los 16 años, como voluntaria en el Equipo de Rescate de Montaña de la Cruz Roja de Vizcaya. Con 18 años, comenzó a trabajar en ambulancias de Soporte Vital Básico y durante 6 años fue responsable del SVB de la localidad de Plentzia. Ha desempeñado diferentes funciones profesionales en esta actividad y, desde hace tres años, conduce una ambulancia. Ella es una de las 21 mujeres conductoras de ambulancia que Grupo Ambuibérica tiene en Vizcaya.

 

 

P: ¿Cuánto tiempo llevas conduciendo una ambulancia y cómo empezaste en ello?

R: Comencé hace tres años a conducir la ambulancia. Tras 19 años atendiendo como sanitaria, la empresa me propuso que me sacara el BTP y acepté.

 

P: ¿Qué es el BTP?

R: Es el carnet que permite conducir vehículos especiales en servicio de urgencia. O sea, un vehículo son las sirenas encendidas. Sin este carnet no se puede ocupar una plaza como conductora de ambulancia.

 

P: ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

R: La satisfacción de ver que la actuación que llevas a cabo es la correcta y que eso conlleva el agradecimiento de los pacientes. Además, el trabajo en equipo y el apoyo de los compañeros contribuye a que el bienestar laboral sea pleno.

 

P: ¿Cuál ha sido el servicio más complicado que has tenido que hacer?

R: Han sido numerosos los servicios complicados en mi carrera profesional. Tal vez el más impactante y complicado fue el rescate de un trabajador que había quedado atrapado y sepultado en una zanja. El rescate duró más de cuatro horas, que resultaron agotadoras, física y psicológicamente. El rescate fue un éxito y, unos meses después, aquella persona me mostró su agradecimiento. Esos momentos son lo más gratificante y fortalecedor de esta profesión.

 

P: Cada vez vemos más mujeres conductoras de autobús o de taxi. ¿Sucede lo mismo en las ambulancias?

R: Sí. Cada vez son más las mujeres que ocupamos puestos de trabajo como éste y demostramos que no es una cuestión de género desarrollar esta función. En mi opinión, las mujeres somos, además, más precavidas y prudentes, cualidades que resultan importantísimas a la hora de conducir un vehículo en emergencia.

 

P: ¿Has notado algún recelo por el hecho de ser mujer y conducir una ambulancia?

R: En alguna ocasión, algún usuario o paciente se ha sorprendido porque una mujer fuera la conductora, pero no han realizado alusión alguna. En Vizcaya, muchas de las dotaciones de los SVB están integradas sólo por mujeres y ello nunca ha supuesto una dificultad para realizar nuestro trabajo. Y los compañeros de profesión, siempre nos han animado y apoyado en esta cuestión.

 

P: ¿Cómo se comportan los conductores de otros vehículos al paso de una ambulancia? ¿Son respetuosos por lo general?

R: Por regla general, los conductores y las conductoras de otros vehículos facilitan la conducción en las maniobras de emergencia. Aunque también sucede que haya conductores que se quedan bloqueados al vernos y no saben cómo actuar. A veces, intentan dejarnos paso y realmente nos complican aún más la situación.

 

P: Y cuando no conduces la ambulancia, ¿prefieres conducir o ir de copiloto?

R: Sin duda, ¡al volante!

 

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