Al hablar, utilizamos muchas palabras cuyo significado actual entendemos, pero es probable que no conozcamos el sentido que tuvieron originariamente. Las palabras evolucionan y se transforman con el paso del tiempo.
Muchas veces basta con una pequeña asociación, mecánica e inconsciente, para entender el significado de un término extraño o inventado, por ejemplo el de un marca comercial. Por esta razón, el marketing considera muy importante la elección de un nombre adecuado a la hora de construir una marca. Por ejemplo, cuando alguien oye por primera vez “Grupo Ambuibérica” puede deducir fácilmente que se trata de un grupo empresarial de la Península Ibérica relacionado con las ambulancias. ¿Y de dónde viene el término “ambulancia”, que constituye la base material de nuestra empresa, además de explicar el nombre del grupo?
La etimología, que estudia el origen de las palabras y su significado, lo desvela: “ambulancia” viene de “ambulante” que, a su vez, procede del verbo latino ambulare, caminar. La palabra se acuñó en la guerra franco-prusiana del último tercio del siglo XIX, cuando los heridos eran movidos en camillas manuales o rodadas en unos vehículos, que “deambulaban” en su busca en el campo de batalla.
Hoy en día entendemos por “ambulancia” un vehículo preparado para responder ante situaciones de emergencia y para trasladar heridos y pacientes con el equipamiento necesario para su atención y cuidado. Hay ambulancias de varios tipos, según su función y equipamiento -algo que ya hemos tratado en este blog-, y muchas llevan rotulada una estrella de seis puntas, la denominada “Estrella de la Vida”, cuyo origen y significado también es muy curioso. De ello hablaremos en una próxima ocasión.