Los trabajadores de Ambuibérica, al estar en contacto directo con los pacientes y víctimas, y estar sometidos a veces a situaciones de alto impacto emocional y estrés asociado a su trabajo, tanto en el trasporte sanitario como en los puestos de trabajo telefónico o de gestión, necesitan una atención especial consigo mismos y un cuidado personal extra, para, de esta forma, tener una mejor calidad de vida y a la vez ofrecer el mejor servicio profesional a los usuarios.
Por ello, os proponemos pautas muy sencillas y a la vez eficaces, de cuidado personal, como una invitación a hacernos cargo de nuestra salud y bienestar, no sólo en el cuidado psicológico, sino también en el emocional y físico.
El cuidado personal y la buena autoestima pasa por escuchar y atender las propias necesidades. Abraham Maslow, psicólogo americano, propuso hace años que los seres humanos necesitamos satisfacer las necesidades de una forma más o menos jerárquica. De forma que las necesidades más básicas se sitúan en la base de su famosa pirámide.
En esta base de la pirámide se encuentran las necesidades más básicas, de subsistencia o fisiológicas.
NECESIDADES DE SUBSISTENCIA: Estas necesidades no sólo son las más básicas como las de alimentación, abrigo, aire, reposo, etc. sino que también comprenden la necesidad de respetar el ritmo propio y un ritmo “humano”, la necesidad de movimiento (hacer ejercicio) y la necesidad de contacto físico.
Algunas ideas para contribuir a satisfacer estas necesidades son:
1) Cuidar una alimentación sana: Somos lo que comemos. La alimentación es un asunto complejo y a veces muy personal (varía según el tiempo disponible, los gustos personales, la cultura familiar, a veces los condicionantes médicos) sin embargo siempre es posible plantear UN PEQUEÑO CAMBIO, una pequeña mejora en la alimentación que nos lleve a disponer de más energía y de ganas de seguir mejorando poco a poco nuestros hábitos alimenticios.
Algunas ideas sugeridas son:
Consumir en lo posible alimentos frescos, comida real (que se encuentra directamente en la naturaleza, no comida procesada o muy manipulada o industrial). Una mejora es buscar alimentos frescos de productores locales, o productos ecológicos, de esta forma aumentamos el número y calidad de los nutrientes ingeridos.
Disminuir el consumo de carne, embutido, alimentos muy grasos reemplazarla por huevos o pescado unos días a la semana.
Eliminar en lo posible las bebidas azucaradas, un buen sustituto es la cerveza sin alcohol o zumos naturales o infusiones y lo mejor el agua!
Reemplazar en lo posible los cereales refinados por cereales integrales, tienen más nutrientes y más fibra. Si el arroz integral resulta muy áspero, hay variedades de arroz semi-integral que resultan muy interesantes.
Aumentar el consumo de pescado, especialmente pescado azúl (sardinas, salmón, atún, arenque, pez espada, salmonete, etc).
Utilizar aceite de oliva.
Aumentar el consumo de verduras de hoja verde (espinacas, lechugas, acelga, etc), coles y verduras frescas, buscando la variedad y el color (colores intensos y variados proporcionan variedad de sustancias antioxidantes).
2) Disminuir en lo posible los elementos externos que no permiten seguir el ritmo natural del cuerpo: Los días que se pueda evitar utilizar el despertador para levantarse, descansar cuando se necesite, estar en contacto con los ciclos naturales (dormir de noche, actividad de día) y los sonidos humanos o de naturaleza (y evitar los sonidos muy fuertes, continuos o de coches, máquinas, etc), guardar el reloj y las prisas de vez en cuando.
Si es posible reservar un día de cuidado personal con pocas actividades y sencillas, sin programar nada con reloj, sin más objetivos que disfrutar del día, descansar y respirar y cuidarse. Darse un paseo, cuidar la casa, hacer una comida sencilla, hablar con un amigo, etc.
Buscar días de “higiene tecnológica”, donde apagar el teléfono móvil, el ordenador, los dispositivos portátiles que nos ofrecen estar “conectados” todo el día y recuperar las conversaciones tranquilas, el silencio, la convivencia y la presencia.
3) Tener una buena higiene de sueño: Los humanos necesitamos un equilibrio entre la actividad y el descanso. A veces no cuidamos ese equilibrio y nos empieza a costar descansar y relajarnos. Hay algunas pautas que nos pueden ayudar a un buen descanso nocturno y a conseguir un sueño reparador.
Prueba a acostarte siempre que puedas a la misma hora. Crea unos rituales de sueño antes de acostarte que te ayuden a ir desconectando del dia a dia y a prepararte y darte el mensaje de que es hora de dormir. (ej: darse un baño, cena ligera, vaso de leche, ponerse el pijama, leer un libro o escuchar una música relajante, apagar la luz, etc).
Cuida que el lugar de descanso sea adecuado (luz, temperatura, ruidos, colchón, etc).
Durante el día procura estar expuesto a la luz solar para que el cuerpo pueda regular el ciclo sueño-vigilia.
Evita las actividades muy estimulantes antes de ir a la cama, como ejercicio físico intenso, actividad mental concentrada, el consumo de sustancias estimulantes, etc. Crea un “espacio intermedio” entre estas actividades y la hora de dormir, para permitir al cuerpo y a la mente ir bajando el ritmo y descansar.
Si no puedes dormir, levántate de la cama y prueba a hacer algo relajante, aburrido o monótono hasta que venga el sueño de nuevo.
4) Moverse: El cuerpo humano está hecho para moverse, no para estar sedentario o quieto durante mucho tiempo. Sin movimiento los músculos se atrofian, las articulaciones se resienten y el retorno venoso se realiza peor. Si tienes una actividad sedentaria, en tu tiempo libre busca una actividad que te permita moverte, oxigenarte y utilizar tus músculos.
Un paseo de media hora está bien, o practicar un deporte, o un ejercicio físico y mental como yoga, chikung, taichí, etc.
5) Contacto físico: Virginia Satir, una gran psicóloga americana decía que se necesitan cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho abrazos para el mantenimiento de nuestra salud y doce para estimular el crecimiento. Para nuestro bienestar necesitamos ser reconocidos y apreciados a través de nuestra piel. Los humanos necesitamos del contacto físico, especialmente cuando somos niños o nos hacemos mayores. Todos necesitamos del afecto y del contacto con otros seres vivos, ya que somos seres sociales.